¿Te has preguntado alguna vez qué bebían los europeos antes de que el té se convirtiera en una de las bebidas más populares del mundo? Antes de la llegada de esa exótica hoja de Camellia Sinensis, los europeos tenían sus propias tradiciones a la hora de disfrutar de una buena bebida caliente.
1. Hidromiel
Una de las bebidas populares en la Europa medieval era la hidromiel, una mezcla de agua y miel fermentada que se solía consumir en festividades y celebraciones. Este elixir dulce era apreciado por su sabor y por el efecto embriagador que producía en quienes lo bebían.
2. Cerveza
La cerveza también ocupaba un lugar destacado en la mesa de los europeos antes de la llegada del té. El proceso de fermentación de la cebada o el trigo daba como resultado una bebida refrescante y con diferentes matices de sabor, que se disfrutaba en tabernas y hogares por igual.
2.1. Ale
Una de las variedades más populares de cerveza en la Europa pre-tea era el ale, una bebida robusta y ligeramente amarga que se elaboraba con maltas tostadas. Los europeos de la época apreciaban su cuerpo y su carácter distintivo.
3. Vino
El vino era otra bebida común en las mesas europeas antes de la llegada del té. Desde los viñedos de Francia hasta las regiones vinícolas de Italia, el vino era símbolo de celebración y refinamiento para aquellos que podían acceder a él.
De esta forma, la llegada del té a Europa trajo consigo una nueva costumbre que se integró rápidamente en la vida cotidiana de los europeos. Sin embargo, las tradiciones de la hidromiel, la cerveza y el vino perduran hasta nuestros días, recordándonos que en cada sorbo de historia hay un legado de sabores por descubrir.